Toxinas y estrés oxidativo




 Todas las toxinas a la larga infringen un daño
oxidando directa o indirectamente a las moléculas.
Cuando las biomoléculas se oxidan
pierden electrones
y ya no pueden realizar sus funciones 
metabólicas normales.

El grado de oxidación de un grupo de biomoléculas
determina su funcionabilidad
o su destrucción.

Cuando los antioxidantes pueden devolver los electrones
a las biomoléculas oxidadas (reducción)
ganan electrones
se restaura la función normal de estas biomoléculas.

Nos conviene conocer cuales son estos antioxidantes. En el buscador on line la primera cita nos dice:

Los antioxidantes son sustancias naturales o fabricadas por el hombre que pueden prevenir o retrasar algunos tipos de daños a las células. Los antioxidantes se encuentran en muchos alimentos, incluyendo frutas y verduras. También se encuentran disponibles como suplementos dietéticos (MedilinePlus)

Los antioxidantes son compuestos sintetizados por las plantas en sus diferentes partes (raíz, hojas, flores), caracterizados por poseer grupos hidroxilos (OH) unidos entre sí por anillos bencénicos. Las plantas los generan para ellas mismas y nosotros nos beneficiamos de esas síntesis (Fundacióndelcorazon.com)

Los antioxidantes los podemos clasificar en tres grupos:

POLIFENOLES
CAROTENOIDES
VITAMINAS C, E

Se escribe mucho sobre los polifenoles, yo tengo suficiente con elegir algunos elementos que los contienen como:
- Frutas y verduras 
(elijamos productos ecológicos y de proximidad por el bien del planeta y nuestro)

Como carotenoides, pigmentos fotosintéticos, amarillos, naranjas... que se encuentran en zanahorias y otras frutas de colores.
En Biología estudiábamos que estructuralmente se clasifican en carotenos, xantofilas, licopeno, pero más que clasificarlos, lo que me importa es ingerirlos.

Vitaminas:

Vitamina C, considerada como el más genuino de los antioxidantes, así que "no falte", si lo consideras necesario suplementar.

Vitamina E, en mi pueblo tenemos aceite de oliva de gran calidad y crecí tomándolo en todas las comidas y en estado natural, sin calentar. Mis abuelos ingerían una cucharada sopera todas las mañanas en ayunas.
También en frutos secos.

Ya sabemos la teoría,
ahora viene la práctica diaria.
Salud y fuerza
y a nutrirse cada día mejor.

Fuente texto: María José Gimeno Castell
Licenciada en Biología
Fuente imagen MJGimenoCastell

Referencias:

 Artículo publicado por el Dr. Palma Gámiz en el Nº 126 de la revista Salud y Corazón.

Fundación del corazon.com

Orthomolecular Medicine News Service, October 18, 2021



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